domingo, 3 de junio de 2007

Biocombustibles: la Energía del Campo.

En una nota escrita para el Diario Clarín, Carlos Cheppi (Presidente del INTA) alienta el desarrollo de los biocombustibles en el país, destaca sus ventajas y promueve un Programa Nacional de Bioenergía.

Resalta que "aún dejando de producir alimentos y volcando todos los cereales y oleaginosas a producirlos no podría sustituirse sino aproximadamente un tercio del actual consumo de combustibles. No son por lo tanto, y aún computando otras materias primas no competitivas con el abasto alimentario, una opción sustitutiva del petróleo, sino una oportuna alternativa complementaria, y pueden contribuir hasta significativamente en el nuevo menú energético mundial".

Es argumentación no debiera ocultar que "los biocombustibles son la mejor manera de estirar la vigencia del actual paradigma energético basado en los combustibles fósiles que rige desde hace más de dos siglos, anclado en la secuencia carbón-petróleo, y que con este complemento recibe una suerte de revitalización, con la particularidad de poder extender su vigencia manteniendo prácticamente inalteradas las estructuras tecno-productivas, comerciales, y financieras del negocio petrolero".

Propone luego establecer metas crecientes:

1) el autoabastecimiento energético del agro es el más modesto;

2) la producción nacional que permita dar cumplimiento a las metas de la ley 26093 -corte mínimo del 5%-, resulta de una innegable racionalidad;

3) cumplir la ley en materia de biodiésel, y consumar un esfuerzo adicional de modo de duplicar la producción de etanol respecto al volumen que demanda cumplir con la ley, destinado a poder sustituir la función del MTBE, un aditivo contaminante que provee octanaje a las naftas;

4) exportar biocombustibles configura una meta muy factible para la Argentina, el país tiene los medios de producción para hacerlo con escala, pero supondría impactos potenciales que habría que atender desde muchas perspectivas, y con una presencia estatal muy significativa. En relación a la exportacion de biocombustibles no puede ignorarse el atractivo que hoy implica la diferencia del 17% existente entre la retención que le sería aplicada a los granos/cereales que se usan en su producción en el caso de que se exportaran como tales, respecto de la aplicable a la exportación de biocombustible como bien industrial, lo cual obra como virtual subsidio.

Cierra por fin destacando la "fuerte decisión del gobierno de orientar el desarrollo de los biocombustibles en la Argentina. En ese sentido es claro que una decisión de Estado va a acompañar a las decisiones de mercado; la primera expresión de esa marcha conjunta ha sido la promoción y sanción de la ley 26093 y su reglamentación, por la que, a partir del 1° de enero de 2010, al menos el 5% del litro de nafta será etanol, y el mismo porcentaje de gas-oil será biodiesel. En el INTA nos planteamos ir acompañando el desarrollo del tema en el país a través de una tarea que se resumirá en un Programa Nacional de Bioenergía, y en el marco del mencionado ámbito intergubernamental que referencian las secretarías de Energía y Agricultura. Así, podremos eslabonar acciones a producir en diferentes horizontes temporales; en algunos casos será cuestión sólo inherente al INTA, y en otros, deberá trabajar cooperativamente en una red publico-privada e interinstitucional. Intentaremos biodesarrollos que permitan producir etanol de celulosa a precios competitivos".

Lea la nota completa en: http://www.clarin.com/suplementos/rural/2007/06/02/r-01430278.htm

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