domingo, 24 de junio de 2007

Lo del G8 no alcanza: se necesita más (II)

En un artículo escrito por Joschka Fischer (Ex Vicecanciller Alemán y Profesor de la Universidad de Princetom) se nos muestra la visión de un Europeo sobre los resultados de la cumbre del G8 de 2007, y nos anticipa que "en diciembre próximo las cosas comenzarán a ponerse serias. Los ministros del medio ambiente de todo el mundo se reunirán en Bali en la próxima conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Sólo entonces sabremos si efectivamente ocurrió un milagro en Heiligendamm o si la cumbre fue otro simulacro de milagro político más".

¿Qué fue lo que se decidió en la cumbre? Para comenzar, los países del G8 resolvieron "tomar seriamente en consideración" el reducir a la mitad las emisiones mundiales... ¡para el año 2050! Se trata de mucho tiempo en política. Traducida al vocabulario de hoy en día, la expresión "tomar seriamente en consideración" no significa otra cosa que "postergar".

La contribución de Europa a la conversión del presidente de Estados Unidos acerca del cambio climático fue muy limitada. Después de todo, cualquiera sea el cambio que Bush haya mostrado tiene más que ver con los cambios en el clima político de Estados Unidos, en donde el cambio climático es hoy un problema real. De hecho, las posiciones de Al Gore y el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, han contribuido más al despertar de Bush que todos los esfuerzos juntos de los líderes europeos.

Para ser francos, la aceptación del gobierno de EE.UU. de negociar un tratado que suceda al Protocolo de Kyoto dentro del marco de las Naciones Unidas no es tampoco señal de progreso verdadero. Esto es así porque los miembros de ambos partidos en el Congreso de EE.UU. todavía repiten el mantra "¡No sin China!" Esta posición no cambiará después de las próximas elecciones presidenciales.

De manera que el resultado de la cumbre estuvo lejos de ser un milagro. Lo que realmente importó en Heiligendamm es que los días del G8 hoy parecen estar contados.
Política y económicamente, China e India en la actualidad son más importantes que algunos miembros del G8. Los europeos deberían comprender que este punto de vista se está extendiendo por el mundo, especialmente al otro lado del Atlántico.

La conducta del presidente Putin en la cumbre demostró claramente el nivel de la estima que les tiene a los europeos: no mucha. Como en los viejos tiempos de la Guerra Fría, a Rusia le encantaría sentarse otra vez a la mesa de negociaciones a solas con Estados Unidos. Con su desunión y debilidad, los europeos son percibidos como innecesarios e incluso molestos. Si siguen cultivando estos lamentables atributos, bien puede ocurrir que Europa se vuelva irrelevante para los asuntos internacionales.

Habrá que esperar hasta Diciembre.

Puede ver la Nota completa en:
http://www.clarin.com/diario/2007/06/24/opinion/o-03603.htm

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