Allí expresó -entre otros conceptos- que "la agricultura está experimentando una revolución a causa de los biocombustibles que nadie predijo , ni siquiera hace dos años".
En 2005 el Congreso de EE.UU. sancionó la Ley de Seguridad Energética para duplicar la capacidad de producción anual de biocombustibles y producir aproximadamente 30.000 millones de litros para 2012, ofreciendo para la industria del etanol un generoso impuesto federal como incentivo al consumo. Como consecuencia, la capacidad de producción de etanol en EE.UU. supera ampliamente las proyecciones y llegará a más de 46.000 millones de litros por año para principios de 2009 y se espera que llegue a 58.000 millones de litros para 2012.
Como consecuencia de estos números ha habido un cambio dramático de la producción de soja y algodón a la producción de maíz. Se estima que el área sembrada con maíz en 2007 aumentó un 19% (+5.9 millones de hectáreas) con relación a 2006, mientras que el área sembrada con soja y algodón disminuyó 15% (4,6 millones de hectáreas) y 28% (1,71 millones de hectáreas), respectivamente. También se espera que el área destinada al cultivo de caña de azúcar en Brasil y al cultivo de palma de aceite en Indonesia y Malasia aumente sustancialmente.
Estados Unidos cuenta con un programa anunciado meses atrás que planteó sustituir en 10 años el 20% de la gasolina consumida en ese país por etanol (equivale a 132.000 millones de litros de etanol que, de provenir del maíz, requeriría 360 millones de toneladas. En el 2007 Estados Unidos ya cuenta con 200 plantas de etanol que producirán 25.000 millones de litros (En Argentina hay 12 Plantas de Biodiesel de envergadura, construídas y en construcción. Ver http://notinerg.blogspot.com/2007/08/biodiesel-12-plantas-en-argentina-5-ya.html ).
Rossi -el presidente de ACSOJA- estimó que el consumo de biodiésel en Argentina para el 2015 rondará entre 750.000 y 1 millón de metros cúbicos, o su equivalente aceite de 750.000 y 1 millón de toneladas, de un saldo exportable que se proyecta en 8 millones de toneladas de aceite.
La característica más notable de esta revolución es que el precio de los cultivos alimenticios que también pueden utilizarse para producir biocombustible será determinado por el porcentaje de su contenido que puede convertirse en energía más que por su valor como alimento. Este cambio en la valoración de la agricultura suscita cuestiones relacionadas con el impacto en la seguridad alimentaria a nivel mundial (especialmente en países de bajo ingreso) y el efecto dominó en la calidad ambiental, la protección de recursos naturales y el cambio climático.
Se pueden ver las nota completas en:
http://www.cronista.com/contenidos/ultimasnoticias.html (requiere registrarse, sin cargo) y
http://www.clarin.com/suplementos/rural/2007/08/18/r-01480221.htm
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