sábado, 11 de abril de 2009

Concreto y cemento contra el calentamiento global

HENRY FOUNTAIN / NYT


Elevándose sobre el Río Mississippi, al este del centro de Minneapolis, se encuen­tra una extraordinaria obra de concreto.
Ahí, sobre la carretera interestatal 35W, el Puente St. Anthony Falls cuenta con 10 carriles de circulación sobre vigas dispues­tas en forma de caja hueca cargadas por in­mensos pilares arqueados, que a su vez son sostenidos por zapatas y pilotes profundos.

Datos técnicos y económicos.

El puente, construido para reemplazar uno que se colapso en el 2007, con un saldo mortal de 13 personas, está formado casi enteramente por concreto incrustado con varillas de acero. Sin embargo, ésta difí­cilmente es una estructura monolítica: los componentes están hechos de diferentes mezclas de concreto, con las recetas adap­tadas, como lo haría un chef, para necesi­dades específicas de fuerza y durabilidad y para reducir el impacto en el medio am­biente. Parte de esa mezcla, incorporada en esculturas onduladas en ambos extremos del puente, está diseñada para mantener un blanco resplandeciente eliminando los con­taminantes del aire que causan manchas.
El proyecto, que costó US$ 230 millones y fue concluido en septiembre, "puede haber sido la obra que más concreto demandó en EE.UU. en 2008", según Richard D. Stehly, director de American Engineering Testing, compañía de Minneapolis que participó del proyecto. Un excelente ejemplo de cambios en la producción y el uso del concreto, que aprovecha la investigación básica y busca reducir su huella de consumo de carbono.
El concreto puede parecer un material improbable para el avance científico. En su estado más básico, un bloque de concreto es algo así como un tarta de frutas, aunque más pesado. La fruta de la mezcla es un agregado grueso, normalmente roca tritu­rada. El agregado fino, normalmente arena, también es un componente importante. Se le suma agua y algo más para ayudar a que los componentes se aglutinen (huevo en un f ruitcake, cemento Portland en el concreto), se revuelve bien, se vierte en un molde y se lo deja reposar durante décadas.
Aunque el producto básico se mantuvo relativamente inalterado desde la invención del cemento Portland, a principios del siglo XIX, los productores siempre han alterado
la mezcla en busca de nuevas proporciones correctas. Hoy, la experimentación es más elaborada y busca adaptarse a las nuevas necesidades, entre ellas el cuidado del me­dio ambiente ya que la elaboración del ce­mento Portland tiene influencia en el cambio climático.
"El nuevo giro en los últimos 10 años ha sido intentar evitar materiales que gene­ran C02", dijo Kevin A. MacDonald, vice­presidente de Servicios de Ingeniería de Cemstone Products Company, proveedor de concreto para el puente de la carretera interestatal 35 W.
En sus mezclas, MacDonald reemplazó gran parte del cemento Portland con dos productos de desperdicios industriales: ceniza fina, producida al quemar carbón en plantas de energía, y la escoria de altos hornos. Ambas son de las llamadas puzola-nas, materiales reactivos que ayudan a dar­le más fuerza al concreto. Debido a que las emisiones de C02 asociadas con estos ma­teriales ya están contadas en la generación de electricidad y en la fabricación de acero, también ayudan a reducir la huella del car­bono del concreto.
Algunos ingenieros y científicos van más lejos, con el objetivo de desarrollar un concreto que pueda capturar y secuestrar permanentemente el C02 de las plantas de energía o de otras fuentes, para así no con­tribuyan al calentamiento global.
Los investigadores quieren eliminar al cemento Portland y reemplazarlo con otros cementos para producir concreto de cero carbono, o incluso de carbono negativo.
En un sitio adyacente a una planta de ge­neración de electricidad con base en gas, en Moss Landing, California, la empresa Calera Corporation desarrolla un proceso para hacer bullir los gases de las chimeneas de plantas de energía a través del agua de mar u otras aguas salobres, usando el C02 de los gases para precipitar minerales de carbonato que puedan ser utilizados como cemento o agregados en concreto. Calera calcula que producir una tonelada de estos minerales consume media tonelada de CO2, de manera que el concreto resultante podría ser carbono negativo porque captura per­manentemente dióxido de carbono.



<== PEARLY WHITE A concrete mix in sculptures on the Interstate 35W bridge in Minneapolis is designed to scrub staining pollutants from the air.





El artículo original (Concrete Is Remixed With Environment in Mind) fue publicado por el New York Times.