domingo, 8 de julio de 2007

Inquietudes Verdes e Hipocresía (I).


Desde la ciudad de Atlanta (EEUU), el periodista Clifford Klauss escribe un artículo para The New York Times, donde comenta que un negocio minorista (Home Depot) intenta tener la "etiqueta verde".

Allí explica que "Home Depot mandó hace unos meses una nota a las empresas proveedoras de los 176.000 productos que vende, invitándolas a incorporar sus artícu­los a su nueva campaña de marketing Eco Options. Más de sesenta mil productos -muchos más que los candidatos obvios, como los productos de jardinería orgánicos y las bombitas eléctricas de alta eficiencia- de­sarrollaron de pronto un perfil ecológico. Los pinceles con mango de plástico pasaron a ser eco­lógicos porque no eran de madera. Se proclamó que los pinceles de mango de madera eran mejores para el pla­neta porque no eran de plástico. ¿Una sierra eléctrica? Verde, porque no funcionaba con nafta. Los fabricantes de diluyentes para pintura, destornilla­dores eléctricos y luces para interiores afirmaron contar con virtudes similares simplemente porque el packaging de plástico o cartón de sus productos era reciclable".

"Algunos pensaban que los productos que nos vendían eran ecológicos", señala Ron Jarvis, vicepresidente de Home Depot que supervisa el programa Eco Options. Pero él no estaba de acuerdo.

"La mayor parte de lo que se ve en la actualidad en el movimiento verde es marketing", agrega. "No basta con que digan que sus productos vuelven más azul el cie­lo y mas verde la hierba."
Para los parámetros de Jarvis -que abona su propio jardín con un producto de desechos de lombrices envasado en botellas de gaseosa re­cicladas y llena su piscina con agua salada para evitar incorporar cloro al medio ambiente-, sólo es posible aprobar 2.500 de los productos.
A pesar de ello, algunos ecologis­tas sostienen que Home Depot, que tiene 2.100 locales en los Estados Unidos, Canadá, México y China, es demasiado inclusiva. Señalan que lleva a cabo su propio tipo de marketing exagerado y que posa de verde a pesar de que sigue ven­diendo pesticidas fuertes y corta­doras de césped que contaminan.

Después de todo, verde se con­virtió en una etiqueta tan usada que muchos grupos ecologistas, si bien elogian el mayor interés de los consumidores, ahora minimizan buena parte de esas iniciativas. "Todo el mundo se esfuerza por proclamar qué verde es", declara Jim O'Donnell, director del Sie­rra Club Stock Fund, que maneja cincuenta millones de dólares en una cartera de empresas que considera ecológicas. Agrega que espera que la ecologiza­ción de los productos adquiera más seriedad con el tiempo.

Una de las razones de tanto esfuerzo es que hay pocos parámetros certifi­cados o verificables. Crest lanzó un dentífrico con extracto de té verde y menta natural que se co­mercializa con el nombre de "Ma­nifestaciones de la naturaleza" por más que, al igual que la mayoría de los dentífricos, contiene ingre­dientes artificiales. Raid vende un producto para matar avispas cuyo envase es una lata verde con la le­yendas "Opciones verdes" y "Aro­ma natural a clavo de olor".
"Hay que ser un científico de la­boratorio para descifrar la maraña de afirmaciones", dice Robyn Gri­ggs Lawrence, editor de la revista Natural Home. "Es difícil obtener información sobre qué es lo que ha­ce verde a un producto."

Pocos lo saben mejor que Jar­vis, de Home Depot. Los productos que aceptó para la promoción Eco Options comprenden iluminación para exteriores a energía solar, envases de turba biodegradables y pinturas con menor cantidad de agentes contaminantes. Pero también volvió a contactar a proveedores y controles indepen­dientes en busca de aclaraciones y nuevas pruebas de productos. En ocasiones exige mejoras, ya que Home Depot aspira a vender unos seis mil productos en el marco del programa Eco Options.

Los ejecutivos de Home Depot admiten que están incursionando en terreno virgen, ya que las certifi­caciones gubernamentales y priva­das sobre impacto ambiental existen­tes tienden a ser muy limitadas. Por ahora, la mayor parte de los productos de Eco Options se basa en certificaciones in­dependientes como Energy Star, que mide la eficiencia energética y cuya dirección está a cargo de la Direc­ción de Protección Ambiental y el Departamento de Energía.

Si bien Energy Star es un barómetro que goza de amplia acepta­ción en lo relativo a cuánta elec­tricidad utilizan una heladera o un lavarropas, no tiene en cuenta otros factores tales como cuánta energía se usó para producir el ar­tefacto o si el fabricante aprovechó materiales reciclados y alentó el reciclaje de su producto al finali­zar la vida útil del mismo.

Home Depot trabaja con Scien­tific Certification Systems, una empresa privada de Emeryville, California, que efectúa auditorías y certifica las afirmaciones de las compañías con el objeto de desa­rrollar parámetros más amplios. Lo que hace es calificar productos sobre la base de su comportamien­to ambiental en el transcurso de la totalidad de su ciclo de vida.

Sin embargo, hasta que pueda establecerse algún tipo de pará­metro, Jarvis y su equipo se ven obligados a abrirse paso entre la nube de afirmaciones. Los escépticos señalan que Ho­me Depot respalda productos que tal vez no sean tan verdes mientras sigue vendiendo podadoras de cés­ped, pesticidas tóxicos y bombitas de luz ineficientes.

Urvashi Rangan, un científico de Consumer Reports especializado en medio ambiente, presentó una queja en relación con un negocio en el que se había colocado etiquetas de Eco Options al azar entre insec­ticidas tóxicos. "Si en serio quisieran alentar la sustentabilidad, dejarían de vender productos sin atributos verdes", afirma Garvin Jabusch, de Green Alfa Advisors, que asesora sobre cómo invertir en una economía sos­tenible. "Los fabricantes dejarían de producirlos de inmediato."

"Los fabricantes ven que el bar­co verde está zarpando", dice, "y no quieren quedarse en el puerto".


Este artículo del NY Times fue publicado en Castellano por el Diario Clarín el 8/7/07

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