domingo, 21 de diciembre de 2008

Planta de BioGas en Marcos Paz



En la ciudad de Marcos Paz -a unos 50 kilómetros de Buenos Aires-  un criadero de cerdos resolvió el grave
 problema de la bosta produciendo biogás. Tres enormes globos de polivinilo controlan los olores de una población instantánea permanente es de unas 10.000 cabezas de cerdos:  los vecinos y los trabajadores de la granja están más contentos y recupera nutrientes (fósforo, potasio, etc.) para devolverlos al campo.  Pero -además-  ahora prácticamente se autoabastece de energía. 

Un piso ranurado permite que el estiércol y la orina se cuelen a la fosa de material. 
Por pendiente, esta fosa drena en un canal colector, que es una zanja revestida en geomembrana, del mismo material del biodigestor.  Esas zanjas llevan las heces hasta un biodigestor -grande- de 1.750 metros cúbicos.   Una pequeña pileta colectora es la antesala del ingreso de la bosta a la pileta. Se la alimenta diariamente, y un sistema de agitación hidráulico remueve los sedimentos para incrementar la eficiencia de la producción de biogás. Toda la materia orgánica desaparece, convertida en metano y dióxido de carbono. El líquido remanente drena hacia una pileta abierta, que es una fosa recubierta por geomembrana. Es una excelente fuente de nutrientes, en especial fósforo. Tanto que para regar con este líquido, primero hay que diluirlo. 

La red de gas que crearon les permite abastecer una planta de desactivación de soja (ver a continuación), calefaccionar los galpones y generar electricidad a través de un motor F100 convertido a gas.

La desactivación de la soja es un proceso térmico que procura la eliminación del "factor anti tripsina", un componente de la proteína de soja que afecta su digestibilidad, en especial en monogástricos. 

Vea la nota completa con muchos más detalles publicada en el Suplemento Rural del diario Clarin:  http://www.clarin.com/suplementos/rural/2008/12/20/r-01825590.htm

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