domingo, 1 de febrero de 2009

Emiratos Arabes: ¿Sol o Petróleo?

Con una de las huellas de carbono per cápita más altas del mundo, a estos emiratos ubicados en el Golfo Pérsico les sobra petróleo y no parecen el mejor lugar del mundo para iniciar una revolución verde. Allí la nafta se vende a poco más de 0.10 centavos de dolar por litro, tienen muy poco transporte público y el reciclaje casi no existe. Los residentes se desplazan de departamentos con aire acondicionado a centros comerciales con aire acondicionado, que están iluminados las 24 horas del día los siete días de la semana.

Sin embargo, los líderes de la región saben de energía y dinero, tras crear su riqueza en base al petróleo. Comprenden que el petróleo es un recurso finito, vulnerable a la competencia de las nuevas fuentes de energía. Así que los estados del Golfo, que incluyen a los emiratos, Qatar y Arabia Saudita, están realizando una campaña concertada para convertirse en el Valle del Silicio de la energía alternativa. Están invirtiendo agresivamente miles de millones de dólares ganados en los campos petroleros en nuevas tecnologías verdes. Han establecido fondos de inversión de tecnología limpia de $1,000 millones y destinan millones de dólares a proyectos de investigación en universidades desde California hasta Londres, pasando por Boston.

"Abu Dhabi es un país exportador de petróleo, y queremos convertirnos en un país exportador de energía, y hacer lo que sea necesario para ser excelentes en las nuevas formas de energía", dijo Khaled Awad, director de Masdar, una futurista ciudad libre de carbono y del parque de investigación afiliado con el Instituto Tecnológico de Massachusetts que están surgiendo en el desierto a las afueras de la capital.

Estas son inversiones a largo plazo en un futuro de energía alternativa que no parece probable que puedan revertir los declinantes precios del petróleo ni la depresión global y que pretende mantener la posición dominante del Golfo como proveedor de energía global. La visión de un futuro renovable en el golfo no está tan arraigada en un sentimiento ecologista, sino en el análisis del futuro económico de la región."Uno ve lo que los estados del Golfo han logrado en términos de infraestructura moderna y arquitectura hermosa, pero esto ha tenido lugar a un precio ambiental muy alto. Sabemos que no podemos continuar con esta emisión de carbono y que tenemos que cambiar", dijo Awad de Masdar, de pie en medio de un campo de 40 tipos de paneles solares que los ingenieros del proyecto están probando y usando para suministrar electricidad a las oficinas.

El príncipe heredero de Abu Dhabi, el más rico de los siete emiratos que conforman los Emiratos Arabes Unidos, anunció en 2008 que invertiría $15,000 millones en energía renovable. Esa es la misma cantidad que Barack Obama ha propuesto invertir en Estados Unidos para catalizar los esfuerzos del sector privado para crear un futuro de energía limpia". En Arabia Saudita, la nueva estatal Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (o Kaust, por sus siglas en inglés), dio a un científico de Stanford $25 millones el año pasado para iniciar un centro de investigación sobre cómo hacer competitivo el costo de la energía solar frente a la del carbón. También dio $8 millones a un investigador de Berkeley que está desarrollando concreto ecologista. "El impacto ha sido enorme", dijo Michael McGehee, profesor asociado de Stanford que recibió la subvención saudita de $25 millones. "Ha acelerado en gran medida el proceso de desarrollo".

Director del mayor grupo de investigación de celdas solares en el mundo, McGehee había intentado infructuosamente de obtener fondos del gobierno de Estados Unidos o de industrias estadounidenses para comercializar celdas solares más baratas. Ahora con el dinero saudita ha contratado a 16 nuevos investigadores y espera que las nuevas celdas de energía dominen el mercado para 2015.

Fuente: The New York Times (artículo de Elizabeth Rosenthal)
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