domingo, 1 de febrero de 2009

Las Casas pasivas solo usan un 20% de la energía de la habitualmente necesaria

Los arquitectos de muchos países, intentando cumplir con los nuevos estándares de eficiencia energética respectivos, están diseñando casas mejor aisladas y con artefactos de alta eficiencia, además de aprovechar fuentes alternas de energía, como paneles solares y turbinas de viento.

Un ejemplo es el hogar de Berthold Kaufmann en Darmstadt, ciudad de 140,000 habitantes en las afueras de Frankfurt (Alemannia): en la sala hay solamente un radiador como respaldo de emergencia, pero no se usa. Incluso en las noches más frías de Alemania central, la nueva “casa pasiva” del Sr Kaufmann (y otras con el mismo diseño) obtienen todo el calor y agua caliente que necesitan de la cantidad de energía que se requeriría para hacer funcionar un secador de pelo.

“Uno no piensa en la temperatura - la casa simplemente se ajusta”, dijo el Sr Kaufmann, mientras observaba a su hija de dos años, vestida con una camiseta, despachar una salchicha en la espaciosa sala, cuyas puertas de vidrio abren hacia un patio. Su nuevo hogar utiliza cerca de un veinteavo de la energía en calefacción que la casa de sus padres, aproximadamente del mismo tamaño, dijo.

El concepto de la casa pasiva mira el tema desde un ángulo diferente. Utilizando aislantes ultra gruesos y puertas y ventanas complejas, el arquitecto erige una casa hermética en la que casi no escapa calor y casi no entra aire frío. Esto se traduce en que una casa pasiva se calienta no solo con el sol, sino también con el calor de los artefactos e incluso con el calor del cuerpo de sus ocupantes. Estas casas forman parte de una revolución en el diseño de edificaciones: no hay corrientes de aire, ni pisos de cerámica fría, ni necesidad de acurrucarse bajo las cobijas hasta que la calefacción comienza a funcionar. De hecho, no hay calefacción (o no se usa).

En Alemania, las casas pasivas solo cuestan entre el 5 y el 7 por ciento más que las convencionales.

“El mito solía ser que para tener calor había que tener calefacción. Nuestra meta es crear una casa cálida sin demanda energética”, dijo Wolfgang Hasper, un ingeniero en el Passivhaus Institut de Darmstadt. “No se trata de vestirse con suéteres gruesos, bajar el termostato y soportar las corrientes de aire. Se trata de estar cómodos con menos energía, y esto se logra reciclando el calor”.

En el New York Times puede leer la nota completa, publicada por ELISABETH ROSENTHAL el 26 de diciembre de 2008.



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