domingo, 21 de junio de 2009

Obteniendo energía renovable por Fusión Nuclear ¿un delirio norteamericano?

En las afueras de una pequeña ciudad de un valle seco de California (EEUU), se ha construído una instalación con 192 láseres – fabricados con casi 100 kilómetros de espejos y fibra óptica, cristales y amplificadores de luz – que buscan ser "encendidos" al mismo tiempo para pulverizar un depósito de combustible de hidrógeno más pequeño que la cabeza de un fósforo. Comprimidos y calentados a temperaturas mayores que las del núcleo de una estrella, los átomos de hidrógeno se deberían fundir formando helio y liberando enormes cantidades de energía termonuclear.

El sitio (del tamaño de un estadio de fútbol) costó unos $ 3,500 millones de dólares y es conocido como la Instalación Nacional de Ignición (o NIF por sus siglas en inglés: National Ignition Facility).

Durante más de medio siglo los físicos han soñado con la creación de pequeñas estrellas que inaugurarían una era de ciencia pesada y energía barata. La NIF pretende encender ese fuego: “Trayendo Energía de Estrellas a la Tierra”, se lee en una pancarta gigante que ha sido recientemente desplegada en un edificio.

En febrero de 2009 la NIF disparó sus 192 rayos en su cámara objetivo por primera vez y ahora tiene el láser más poderoso del mundo, así como el instrumento óptico más grande jamás construido. Pero aumentar aún más sus energías hasta el punto de ignición puede tomar un año o más de experimentación y podría, reconocen los directivos, demostrar su inutilidad y quizás su imposibilidad.

Por esa razón, los escépticos consideran la NIF como un colosal engaño que está despilfarrando valiosos recursos en un momento de dificultades económicas. Se estima que sólo su operación costará $ 140 millones de dólares al año. Algunos incrédulos se mofan llamándole Instalación Nacional de Casi Ignición, o NAIF (ingenuo) por sus siglas en inglés: National Almost Ignition Facility.

“Si funciona la energía de fusión”, dicen en la NIF, “se tendrá un suministro ilimitado de energía libre de carbono que no es geopolíticamente sensible. ¿Qué más nos gustaría? Es un cambiador de juegos”.

El plan de operaciones para la NIF es llevar a cabo de 700 a 1,000 disparos de láser por año, con cerca de 200 de los experimentos centrados en ignición. No hay peligro de una explosión galopante -dicen- ya que la fusión se mantiene por el calor y la presión, no por reacciones en cadena. Además, el combustible es minúsculo y el flash del láser es extraordinariamente corto. Durante un año de operaciones la instalación funcionará sólo tres milésimas de segundo, pero generará una cascada de datos y puntos de vista.


El artículo completo fue publicado por el New York Times el 25/05/2009. También puede verse una traducción libre al castellano.





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