sábado, 22 de noviembre de 2014

Dinamarca ¡a toda renovación!


Dinamarca está dejando de usar la energía fósil -basada en combustibles no renovables-  mostrando la política más ambiciosa del mundo contra el cambio climático.

El objetivo consiste en evitar totalmente la quema de combustibles fósiles hacia el año 2050, pero no sólo en la producción de electricidad -como algunos otros países se están planteando- sino también en el transporte.

¿Imposible?  Los daneses no parecen estar de acuerdo.   Ellos inventaron prácticamente la industria eólica moderna y la han explotado de manera más rápida y efectiva que cualquier otro país del planeta.

Su política es similar a la de la vecina Alemania, que ha gastado miles de millones de dólares en su la producción de energía eólica y solar y que espera alcanzar en 2014 un 30 por ciento de energía renovable en su red eléctrica .

Pero Dinamarca también ya está enfrentando los problemas de la transición hacia su objetivo 2050: 
el problema es que -como se sabe- la operación de fuentes de energía renovable (como la eólica y la solar) no cuesta nada una vez que se instalan. Pero a medida que más y más que estas fuentes de energía se van abriendo paso en la red eléctrica, hacen que los precios de la energía se desplomen durante lo que solían ser los horarios más lucrativos del día.

Eso puede hacer que las plantas de energía convencionales -que operan con gas, carbón o uranio- resulten más costosas de operar.  Pero por otro lado esas plantas no se pueden desactivar, ya que son necesarias para proveer energía de respaldo cuando no sopla el viento ni brilla el sol.

Los proveedores de electricidad en Alemania y Dinamarca han solicitado cerrar algunas plantas de energía que han dejado de ser rentables, pero los gobiernos se resisten, temiendo quedarse cortos en una fría noche de invierno con poco viento.  Los gobiernos han ofrecido subsidios a corto plazo, sabiendo que si obligan a las compañías a operar esas plantas con pérdidas, será cuestión de tiempo antes de que las compañías empiecen a quebrar  ¡Lo contrario de lo que pasa en los otros países, donde los subsidios son los que ayudan a instalar los generadores eólicos y solares!

Por toda Europa, los gobiernos han caído en la cuenta de que los mercados de la electricidad van a tener que ser rediseñados para la nueva era, pero no se han embarcado en esta tarea con urgencia. Después de todo, un mal rediseño podría por sí solo dejar a los usuarios a oscuras, como sucedió en California hace una década.

Dinamarca es geográficamente afortunada. Tiene fuertes enlaces eléctricos con sus vecinos Suecia (con abundante capacidad de energía nuclear) y Noruega (con energía disponible bajo demanda de sus represas). Pero los políticos suecos han prometido cerrar las plantas nucleares del país y optar por la energía renovable, y la demanda por la energía hidroeléctrica barata de Noruega va en aumento.
Así que, ahora el truco es acertar con el rediseño del mercado. Una modesta versión de reforma esencialmente le pondría un valor de mercado, y por lo tanto un precio, a la capacidad de energía de respaldo.

Pero Rasmus Helveg Petersen, ministro del Clima danés, dijo sentirse tentado por un enfoque más ambicioso. Eso involucraría fijar en tiempo real los precios de la electricidad para cualquiera que la esté utilizando: si el viento sopla vigorosamente o el sol brilla intensamente, los precios se desplomarían, pero en momentos de escasez se elevarían con la misma rapidez.

A medida que se instalen más medidores y electrodomésticos inteligentes capaces de monitorear esos precios, uno se puede imaginar un sistema en el que la demanda se ajustaría sin mayor problema a la oferta disponible.

Sin embargo, aún si Dinamarca puede dar con un diseño apropiado para el mercado eléctrico, tiene otra gran tarea para alcanzar su meta de 2050:   excluir los combustibles fósiles del transporte.
El país acogió un sistema propuesto de autos eléctricos en los que las baterías agotadas serían cambiadas por nuevas en cuestión de minutos, pero sólo se vendieron unos cientos de autos antes de que ese plan fracasara .

“Necesitamos un mayor alcance y precios más bajos antes de que esto se convierta en una buena opción”, dijo Petersen. “En este caso, la tecnología necesita salvarnos.”

Dinamarca:  un gran ejemplo a seguir.


REFERENCIAS:

"A Tricky Transition From Fossil Fuel", artículo de Justin Gillis en el NYT del 10/1172014