lunes, 16 de febrero de 2015

Risky Business: el riesgo económico del cambio climático

 
Por fin parece que el mundo de los negocios -al menos en EEUU-  comienza a mirar el cambio climático con respeto, a pesar de que sus gobiernos se suelen hacer los distraídos.   Las Organizaciones comienzan a entender y sienten el impacto por donde más les duele: la billetera.
 
Las Empresas no son "verdes" por naturaleza:  en su ADN está el hacer negocios y ganar dinero, lo más que puedan.  El daño al medio ambiente (al que CUALQUIER actividad humana contribuye) no suele estar entre los motivos de su preocupación, no parecería afectar la marcha de sus negocios. 
 
Sin embargo, el cambio climático ya no es algo que vaya a sucederle en el futuro a otros (¿nuestros hijos?):  está pasando hoy -ahora mismo-  y nos afecta a todos, qué decir de mañana ...
 
Dicen que en los próximos 25 años las tasas de mortalidad relacionadas con el calor probablemente se dupliquen en los estados del sudoeste de los EEUU. Pérdidas de cosechas que antes ocurrían una vez en 20 años hoy se están produciendo cinco veces más seguido.  
 
Este es parte del "futuro", que ya está entre nosotros.  Suponiendo que -en un súbito ataque de responsabilidad colectiva-  toda la población del planeta dejara al mismo tiempo de quemar carbón, gas, petróleo, leña o cualquier otra cosa que contenga carbono, poco cambiaría:  el cambio que viene "cocinando" el CO2 arrojado a la atmósfera ya lleva demasiado tiempo y costará mucho revertirlo.  Pero una voz nueva ha aparecido:
 


Se trata del Proyecto Risky Business, integrado por un grupo de empresarios y políticos que es encabezado por el ex secretario del Tesoro Henry Paulson, el ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg y el multimillonario inversor Tom Steyer.
 
El informe se dirige al empresariado de EE.UU. y usa el tipo de modelo de riesgo que una firma financiera haría para evaluar el probable impacto del calentamiento en una cartera de inversión cuyos “activos” fueran el agro, los inmuebles y la productividad laboral.
 

¿Servirá para algo?  Ya parece casi seguro que la temperatura del mundo subirá más de dos grados centígrados por encima de la media del siglo XIX, el límite que los líderes mundiales han prometido en repetidas ocasiones no atravesar y más allá del cual los riesgos relacionados con el clima aumentan todavía más.
 
Para evitarlo, cada país tendría que "descarbonizar" su economía a un ritmo acelerado y mantenerlo durante décadas. Además habría que empezar a extraer CO2 del aire. 
 
Pero éstas serían solo "acciones de contingencia", orientadas a limitar los efectos del daño ya producido, pero que no actúan sobre las causas del problema.  Para actuar sobre esas causas habría que dejar -por ejemplo-  de quemar combustibles fósiles:  pese a que hay una mayor conciencia sobre los riesgos derivados de éste consumo desenfrenado, no parecería haber señales de que estemos por quebrar ese hábito (¿les suena la aceleración del uso del carbón en India o la "revolución" del Shale oil&gas.en EEUU y el resto del mundo?).  
 
El informe no es optimista: el cambio climático para las próximas décadas ya es un hecho, sea que sigamos emitiendo CO2 al ritmo actual o que de algún modo ajustemos el cinturón, las temperaturas subirán aproximadamente lo mismo.   


“Los beneficios económicos de la mitigación no empiezan a notarse hasta mediados de siglo”, dice el informe. En la previsión más pesimista, la de que no hagamos nada para quemar menos combustibles fósiles, la temperatura media global sube 1,8° durante los próximos cinco a 25 años. En la más optimista, sube alrededor de 1,6°.
 
Lo que sí podría hacer una reducción de las emisiones de carbono hoy sería ayudar a prevenir peores daños dentro de 50, 75 y 100 años. Para hacer frente a los riesgos más inmediatos, señala Trevor Houser, especialista en energía de Rhodium Group (la firma de modelos económicos que hace los análisis de riesgo para Risky Business) lo mejor que podemos hacer es “invertir en adaptación. ”Los dueños de casas del Red Hook neoyorquino probablemente deberían considerar la impermeabilización, ya que inundaciones que acontecían una vez por siglo podrían ocurrirles en los próximos 25 años. Los hospitales del sureste quizás querrían reforzar el personal. El gobierno federal puede considerar lo que sucederá con el presupuesto cuando haya que reconstruir cada ciudad golpeada por un huracán.
 
En el año 2100 hasta US$507.000 millones en propiedades costeras podrían estar bajo el agua, si seguimos emitiendo CO2 al ritmo de las últimas décadas. Los rendimientos de los cultivos del Medio Oeste podrían caer hasta un 70% por el calor extremo.
 
 
La pregunta, para empresarios y votantes sería: ¿Cuánto valdría evitar estos costos?
 
 

  

 
 
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Referencias relevantes:
 
 
 
El "Midwest Report",  (Cambio climático y Riesgo económico en el Medio Oeste de los EEUU, publicado en 2015